lunes, 30 de noviembre de 2009

Algunos dioses egipcios

Para los antiguos egipcios, los dioses estaban en todas partes: en el agua, en el aire, en la tierra y en el invisible reino de los difuntos. Ellos habían creado el mundo y los humanos, y se encargaban de asegurar su continuidad. Día tras día, los dioses luchaban contra las fuerzas del mal que pretendían destruir el mundo y, en ocasiones, combatían también entre ellos. Aquí presentamos algunos de los principales: Por la mañana, Ra, el Dios Sol, sube a su barca de día y realiza un viaje de 12 horas por encima de la Tierra. Por la noche, tendrá que atravesar el Infierno en un peligroso viaje. De su integridad dependerá que al día siguiente vuelva a amanecer

Ra, el dios Sol

El dios Ra se presenta en tres formas: la del escarabajo que simboliza el Sol naciente; la de disco solar o Sol del mediodía; y por último, la de un viejo apoyado en un bastón en representación del Sol del ocaso.

Todas las noches, Ra realiza un peligroso viaje por el infierno en su barca nocturna en un ciclo de muerte y resurrección que representa el ciclo vital de la humanidad. En ese viaje es asaltado por demonios a las órdenes de Apofis, su eterno enemigo. Justo antes de que amanezca, Apofis realizará el peor de los ataques: si alguna vez Apofis consiguiese vencer a Ra, el Sol no volvería a salir.

Osiris, señor de los infiernos

Era rey en la tierra y enseñó a los egipcios la religión y el cultivo de los cereales. Pero fue asesinado por su celoso hermano Set, que le engañó para que se metiese en un arcón de madera, que después selló y echó al Nilo. Isis, esposa de Osiris, rescató el cadáver, pero cuando Set volvió a encontrarlo, lo cortó en muchos trozos que esparció por todo Egipto. Isis y su hermana Neftis fueron recogiendo trozo por trozo y, con la ayuda de Anubis, guía de las almas en el infierno, y de Thot, el escriba de los dioses, lograron recomponer a Osiris. Finalmente, Isis se transformó en pájaro y volando sobre el cuerpo de Osiris, le infundió la vida con sus alas. El resucitado Osiris regresó entonces a la oscuridad y desolación del mundo subterráneo para convertirse en señor y juez de los muertos.

Anubis, dios funerario

Es el dios que acude a llevarse a los fallecidos a la otra vida y se le representa como un cánido. El motivo de esta asociación se encuentra en la cotidianidad de los antiguos egipcios, que observaban cómo los perros del desierto desenterraban a los muertos para procurarse alimento.

Como guardián de las necrópolis, el dios acoge a los difuntos en las puertas de sus tumbas guiándoles al más allá. Una vez en la sala de las dos verdades, Anubis es el encargado de llevar al difunto para que su alma sea pesada, vigilando la balanza con la finalidad de que nadie pueda falsear el resultado.

Isis: esposa, madre y maga

Isis es representada como una mujer coronada con el “trono”. Además, más tarde es representada con cuernos y un disco solar entre ellos a la manera de la diosa Hathor. La diosa también puede ser mostrada como plañidera con sus brazos alrededor de Osiris. Isis puede aparecer en forma de escorpión, de ave, de cometa e incluso con forma de bóvido.

Todas estas variadas formas de representación se deben a que a medida que transcurría la historia de Egipto, Isis fue tomando atributos de otras diosas, en especial de Hathor: ambas fueron en diferentes épocas consideradas como madres de Horus y por lo tanto, del rey de Egipto (representación humana de Horus).

Durante el reinado de Osiris entre los hombres, Isis fue su hermana y esposa. Con la muerte y desmembramiento de Osiris a manos de su hermano y enemigo Set, Isis y su hermana Neftis reúnen todas las partes de su cuerpo. Gracias a su magia, la diosa consigue revivir el miembro sexual de su esposo quedándose embarazada de él y dando a luz a Horus.
Como esposa de Osiris y madre de Horus, Isis no sólo fue la madre simbólica del rey, sino también una esposa y madre modelo, ya que es el símbolo de la unidad de la familia divina.


La magia es una de las habilidades de Isis y uno de los mitos que la caracterizan con mayor poder es el del verdadero nombre de Ra: Ra creó al mundo a través de palabras. Sin embargo, su nombre secreto, lo guardó para sí. Isis, decidió aprenderse los nombres de todas las cosas, para ser tan grande como el propio Ra. Finalmente, la única palabra que desconocía era el nombre secreto del dios. Para que éste le diera su nombre, Isis lo engañó guardando saliva que había salido de su boca cuando día tras día cruzaba el cielo y le dio forma de serpiente que dejó en su camino. Inevitablemente, ésta mordió a Ra, y aprovechando su dolor, Isis le ofreció un antídoto si accedía a decirle su nombre. Así fue como finalmente Ra se lo dijo y utilizando su nombre, ordenó que el veneno fuese eliminado, dejándolo sano y salvo.

Horus, el dios Halcón

Dios con forma de halcón que en un principio tenía por ojos al Sol y a la Luna, pero después de que el Sol fuera asignado a Ra como símbolo, la Luna quedó como único ojo de Horus. A llegar a su mayoría de edad, Horus luchó contra su tío Set para recuperar el trono de su padre, Osiris, que había sido asesinado por Set. Finalmente, Horus ganó la contienda y se convirtió en el rey de Egipto.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La religión egipcia


La religión es un factor fundamental de la cultura egipcia y es muy difícil de comprender. Se trata de una religión politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya que cada nomos (o pequeña región) tenía un dios al que rendía culto principalmente y luego rendía culto a los demás de manera secundaria.

Estas divinidades se representan como figuras humanas con algunos símbolos, aunque luego algunos se sincretizan. Unas veces tienen cabeza de animal y otras veces sólo se representan con la forma animal. Hay dos tipos de dioses:

  • Dioses locales: los de cada nomos (por ejemplo, el Dios de Memphis es PTAH)
  • Dioses cósmicos: mucho más amplios, para todos los normos. Entre estos cabe destacar una triada que va a ser muy importante desde un principio: Geb, dios de la tierra, Nut, dios del cielo, y Ra, dios del sol.
  • Muchos semidioses, que se van multiplicando.
  • También hay animales sagrados (que no divinos), a los que se trata con mucho respeto y se momifican al morir.

Principales divinidades egipcias:

Todas estas divinidades, que son muy pocas en relación con todas las que había, se mantienen sin prácticamente variar hasta la época grecorromana en que empiezan a desaparecer o se empiezan a fundir con dioses griegos o romanos (los dioses siguen siendo los mismos pero desaparecen las representaciones o se convierten en figuras humanas o de animales simplemente [desaparecen figuras humanas con cabeza animal, etc]).

HorusLa religión egipcia permanecerá durante la época romana hasta el Edicto de Teodosio de finales del siglo IV d.C. Estos dioses vienen complementados con la creencia en la vida de ultratumba, que explica el culto de los muertos, que se da en toda la sociedad. Esta costumbre data de época prehistórica y afirma que después de la muerte el hombre permanece. Así, además del cuerpo (elemento material) hay otro elemento espiritual, el Ba, que se representa bajo el aspecto de un pájaro con cabeza humana y está representado en el interior de las tumbas, a veces volando y a veces quieto.

El Ba es el principio, el soplo vital del hombre, su energía. Sale del cuerpo al morir, vuela al cielo hasta el doble del cuerpo del que se ha separado, el Ka, el soporte vital. El Ba no muere nunca, no se descompone y necesita para ser feliz en el más allá rodearse de todo lo que ha tenido en vida (representaciones de la vida mortal y objetos encontrados en las tumbas) tomado de.......

lunes, 2 de noviembre de 2009

El Monoteismo de Aton


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Los tesoros de Baal y Astarté

El tesoro de Baal y Astarté

Una exposición del Carambolo devuelve a la luz el conjunto de joyas en Sevilla


El Tesoro del Carambolo (un conjunto de piezas de oro de origen fenicio) ha estado rodeado de fascinación desde hace medio siglo. Su hallazgo en Camas (Sevilla) supuso, a finales de los años cincuenta, un hito en la historia de la arqueología española. La exposición El Carambolo. 50 años de un tesoro vuelve a sacar a la luz este conjunto de piezas después de nueve años. El tesoro, que es propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, ha estado hasta ahora depositado en la caja fuerte de una entidad bancaria.

Las piezas constituyen el ajuar del sacerdote de un santuario fenicio Una cultura nueva creció en el suroeste de la actual Andalucía

La exposición, que fue inaugurada ayer, estará abierta en el Museo Arqueológico de Sevilla hasta enero de 2010. La muestra incluye las 21 joyas originales del tesoro, junto a piezas procedentes de otras colecciones museísticas que trazan un recorrido por la protohistoria del sur de la península Ibérica. Tras las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años, el Tesoro del Carambolo ha dejado de ser el paradigma de una realidad tartésica. Se ha descubierto que el lugar donde fue hallado era un santuario dedicado a Astarté y Baal, los dioses mayores de los fenicios. El tesoro ha sido reinterpretado como el ajuar del sacerdote de ese santuario.

La exposición gira en torno a las 21 piezas huecas de oro de 24 quilates con un peso total de 2.950 gramos que dan forma al tesoro. Un collar formado por una cadena y siete colgantes, un frontil (pectoral) con rosetas, dos brazaletes, ocho plaquetas con rosetas, un frontil con semiesferas y ocho plaquetas con semiesferas constituyen el conjunto. Los frontiles reproducen la forma de una piel de toro (Baal, señor del cielo, tenía en el toro su animal sagrado).

El Tesoro del Carambolo -es decir, el ajuar sacerdotal- se emplearía, de acuerdo con las investigaciones más recientes, para el sacrificio del toro y la vaca en el santuario fenicio. El sacerdote portaría el collar de los siete sellos y los brazaletes. Los animales serían adornados, en algún momento de la ceremonia, con la colocación del frontil en la testuz. Las placas irían sobre el lomo. El juego dedicado a Baal cuenta con esferas (representaciones solares) y el de Astarté, con rosetas (representaciones astrales relacionadas con Venus).

El tesoro disparó las expectativas en el momento de su hallazgo. Se creyó que se hacía realidad el relato transmitido por textos griegos comprendidos entre los siglos VII y III a. de C. Este relato describía Tartessos como la capital de un reino legendario del mismo nombre, situado en el extremo del mundo conocido y regido por Argantonio, un rico y viejo monarca. Las piezas del tesoro fueron unidas en estas primeras investigaciones a la realeza tartésica.

El Carambolo se convirtió en un referente fundamental para conocer la protohistoria de la península Ibérica, en concreto el periodo que va de los siglos VIII al VI a. de C. En esta época, el Mediterráneo adquirió la forma de un mundo interconectado con una cultura compartida.

En el último medio siglo ha evolucionado la imagen de Tartessos. Al principio hubo una caracterización autóctona de la cultura tartésica, a la que se consideraba anterior a la llegada de los fenicios. Posteriores investigaciones asentaron la idea de un territorio colonial donde creció una cultura nueva, que sería fruto del contacto de los colonos de Oriente Próximo (fenicios en su mayoría) establecidos en la costa y en el suroeste de la actual Andalucía con los lugareños.

Fernando Amores y José Luis Escacena, profesores de la Universidad de Sevilla, son los comisarios de la exposición, que ha sido organizada por la Consejería de Cultura, la Universidad de Sevilla, el Ayuntamiento de Sevilla y la Fundación Cajasol. El resto de las piezas de la muestra proceden del yacimiento del Carambolo y de diversos museos españoles (Madrid, Cádiz, Huelva, Jaén, Alicante y Badajoz) y portugueses.

El tesoro sólo ha podido verse cuatro veces en los últimos 30 años. La exposición, a cuya inauguración acudió el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se completa con textos, imágenes, ilustraciones y un audiovisual. Medio siglo después de su descubrimiento, el Carambolo sigue despertando pasiones.

El País